Los ataques de Israel demuestran que Gaza ya no es inmune

11/May/2023

Ynet Español- por Avi Issacharoff

Ynet Español- por Avi Issacharoff

Israel consiguió matar a figuras significativas de la Jihad Islámica, enviando el mensaje de que cualquiera que intente incendiar Cisjordania pagará el precio, aunque lo haga desde Gaza. Aunque estaba claro que la Jihad Islámica respondería a la operación “Escudo y Flecha” lanzada por Israel, la cuestión era si Hamás se sumaría con la organización terrorista a un conflicto a gran escala contra el Estado judío.

El importante retraso en la respuesta puede interpretarse de varias maneras.

Primero, la facción terrorista estaba en shock por los ataques casi simultáneos contra los tres altos cargos de la organización y contra varias de sus plataformas de lanzamiento de misiles.

En segundo lugar, la organización quería llegar a una respuesta conjunta con Hamás, en lugar de volver a ir sola contra Israel. La Jihad comprendió que otra operación sin Hamás provocaría muchas bajas entre su población y pocos daños en el lado israelí, es decir, que una derrota militar real era una posibilidad clara.

En tercer lugar, la Jihad Islámica intentó durante varias horas encontrar objetivos lo suficientemente atractivos en el lado israelí como para generar una respuesta dolorosa que le permitiera reivindicar sus propios logros.

Después de aproximadamente 15 años de enfrentamientos recurrentes entre Gaza e Israel con un patrón familiar, algo se sintió diferente este martes a lo largo del día y la noche.

En el lado israelí, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Shin Bet prefirieron esperar una semana para tener la oportunidad de responder a los disparos de cohetes sobre el sur, a diferencia de lo que habíamos visto en el pasado. Y el martes, incluso Hamás y la Jihad tampoco se apresuraron a responder, y optaron por esperar el momento y el lugar que más les convenía, ya fuera al amparo de la noche o en un momento posterior.

A primera vista, Hamás tenía todas las razones posibles para atacar Israel el martes por la mañana. La presión pública y las demandas de venganza en los medios de comunicación árabes y en las redes sociales, unidas al hecho de que en el ataque israelí murieran, además de los tres altos dirigentes de la Jihad Islámica, cuatro niños, cinco mujeres y otro médico palestino, que era un civil inocente, todo ello debía preparar el terreno para una rápida respuesta.

Además, a diferencia de casos anteriores en los que Israel atacó únicamente objetivos de la Jihad Islámica, esta vez el ataque no fue resultado de ninguna provocación del grupo terrorista por sí sola, sino que siguió a una decisión conjunta entre Hamás y la Jihad Islámica de disparar cohetes contra Israel en respuesta a la muerte del preso en huelga de hambre Khader Adnan.

En otras palabras, Hamás no tenía ninguna excusa real para esconderse y no responder. Como dijo uno de los comentaristas palestinos en una entrevista con Al-Jazeera: “Hamás no tiene más remedio que responder, ya que es el soberano en Gaza y es responsable de las vidas de sus residentes”.

En cuanto a Hamás, el retraso puede indicar desavenencias con la Jihad y una toma de conciencia del alto precio que, como autoridad gobernante en Gaza, podría pagar por un conflicto a gran escala con Israel.

A fin de cuentas, Hamás tiene mucho que perder precisamente porque es la autoridad gobernante responsable de las vidas de más de dos millones de personas en la Franja de Gaza.

Además, es posible que haya habido desacuerdos en el seno de la dirección de Hamás en cuanto a la naturaleza de la respuesta contra Israel. El dilema era real: en los últimos años, Hamás ha logrado una reconstrucción parcial de la Franja de Gaza gracias a los acuerdos que alcanzó con Israel sobre la entrada de mano de obra para trabajar y la ampliación de las importaciones de Egipto a Gaza.

La Franja se estabilizó hasta cierto punto, e incluso cuando las FDI atacaron objetivos de la Jihad Islámica en incidentes anteriores, Hamás subrayó que no tenía interés en ninguna escalada y optó por mantenerse al margen. Sin embargo, la situación actual ha planteado un dilema aún más profundo a Yahya Sinwar, Mohammed Deif, Marwan Issa y otros dirigentes de Hamás.

Es muy probable que, al menos hasta anoche, Hamás estuviera buscando una respuesta diferente, quizá no un conflicto a gran escala, sino una respuesta específica que le permitiera “avanzar” sin provocar un conflicto prolongado con Israel.

En otras palabras, una respuesta muy mesurada que satisficiera a la opinión pública palestina sin arrastrar a Gaza a un conflicto prolongado con Israel.

La operación israelí contra los altos cargos de la Jihad Islámica logró golpear a figuras muy significativas de la organización. Jehad Ahnam, que recibió el título de “Secretario General del Ala Militar”, fue uno de los abatidos.

Otro alto operativo era Khalil Bahatini, uno de los comandantes de las distintas brigadas del grupo terrorista. Sin embargo, es la tercera figura de alto rango, Tareq az-Aldin, la que resulta más interesante desde el punto de vista israelí. Fue uno de los prisioneros liberados en el acuerdo Shalit y responsable de la ejecución de atentados terroristas en Cisjordania, similar al modelo utilizado por Hamás con deportados para tripular su “cuartel general en Cisjordania”.

La decisión del Shin Bet y de las FDI de golpear a az-Aldin transmite el mensaje de que cualquiera que intente incendiar Cisjordania desde Gaza pagará el precio. En este sentido, Gaza ya no es inmune.